¿Para qué deseo ser
presidente?
Hace seis
meses propuse que la candidatura presidencial de las fuerzas progresistas fuera
para el aspirante que estuviera mejor posicionado: para quien tuviera mayores
posibilidades de conseguir el respaldo de la mayoría de los mexicanos. Que ésta
se definiera por medio de debates y encuestas, para que la gente pueda
informarse y formar su propio criterio. Ha llegado el momento de explicarles
mis definiciones.
No estamos
en tiempos donde se es candidato para llenar un espacio formal de los partidos
políticos, o para ir a una candidatura testimonial. Por la gravedad de la
situación en que vivimos, considero que ésta ni siquiera se justifica en
función del crecimiento de un partido o de un movimiento. La candidatura es
para competir y solucionar los problemas que nos aquejan.
Los partidos de izquierda y progresistas han
decidido ir unidos a las próximas elecciones. Nos han solicitado a Andrés
Manuel López Obrador y a mí que nos pongamos de acuerdo para postular a un solo
candidato. He dialogado con él, y como se propuso, la encuesta para conocer las
preferencias electorales se llevará a cabo durante las próximas dos semanas.
Deberemos, también, acercar nuestras posiciones en un programa común que
unifique a las fuerzas progresistas y convoque a una nueva mayoría.
Más
importante que la candidatura misma, es construir una alternativa en la que
todos los mexicanos podamos vivir mejor y ser felices.
Ciudadanas y ciudadanos:
Tenemos que cambiar el rumbo. Decidámonos.
Ante la
inseguridad que golpea a la Nación y las dificultades económicas que agobian a
las familias es necesario ir por un camino diferente. Las elecciones son el
recurso democrático para el cambio, son la mejor forma de protesta y propuesta,
son el camino para alcanzar el bienestar, la libertad.
Yo aspiro a
conseguir el apoyo de todos los mexicanos para ser presidente y que llevemos a
la Nación por una ruta más segura y justa. Requerimos de un programa amplio,
progresista e incluyente y de un gobierno de coalición que haga factible
corregir el rumbo y cambiar el régimen político. Es necesario para conseguirlo:
1. Construir la paz.
La violencia está acabando con México. Está
destruyendo nuestras familias, nuestras comunidades, nuestra economía y la
confianza entre nosotros.
Debemos enfrentar a las organizaciones
delincuenciales con toda determinación, respetando las reglas del Estado de
Derecho.
No a una
guerra interna; sí a la reconstrucción de la autoridad del Estado
constitucional y democrático en todo el territorio.
Venceremos
el temor si transformamos este clima de guerra en la determinación de frenar la
impunidad y avanzar en la justicia.
Nuestra
fórmula es menos armas y mejor educación. Menos armas y mejores tribunales.
Menos armas y mejores ministerios públicos.
Menos armas
y respeto de los derechos humanos. Menos armas y rehabilitación y trato
humanitario para jóvenes que han caído en las adicciones. Menos armas y un
nuevo acuerdo regional con los Estados Unidos y otras naciones. Menos armas con
más desarrollo. Con menos impunidad y menos corrupción tendremos más seguridad.
2. Proteger los empleos y mejorar los
salarios: hacer crecer al país.
Necesitamos salir de la mediocridad y promover
con audacia el desarrollo.
Agreguemos
al objetivo del crecimiento el de la estabilidad. Reconstruyamos aceleradamente
las capacidades de generación de proyectos y de construcción de
infraestructura.
Estimulemos
la competencia y frenemos las prácticas monopólicas.
Impulsemos
políticas en favor de la industrialización, el desarrollo agrícola y el cambio
tecnológico. Acabemos con los obstáculos y cotos de poder burocrático que
detienen la inversión.
La economía
mexicana se ha quedado atrás de otros países de América Latina y muy detrás de
algunos de Asia. Con acuerdos, paz interna y políticas activas podremos recuperarnos
y enfrentar con mayor seguridad las adversas condiciones internacionales. Con
esto generaremos fuentes de trabajo y mejores salarios para que todos los
mexicanos tengamos acceso a educación, salud y bienestar en general.
3. Unirnos en favor de la justicia.
El mayor
problema que tenemos los mexicanos es la pobreza extendida y la desigualdad.
Nuestra propuesta debe servir para abrirle oportunidades de mejoría a quienes
no las tienen. Nuestro gobierno debe servir para mejorar la alimentación, la
salud, la educación, la seguridad, el empleo, la vivienda y el medio ambiente
de quienes han estado excluidos.
Diseñemos
políticas públicas con un propósito de justicia e inclusión social.
Orientémonos por los derechos humanos para todas y todos. Debemos pasar de la
indefinición al compromiso con las mayorías. Del predominio de los grandes
intereses a la defensa del interés público. Debemos avanzar en la justicia sin
polarizar a la sociedad. Debemos
persuadir
antes que dominar para no caer en imposiciones autoritarias. No dividamos,
unamos.
Requerimos
de un nuevo acuerdo fiscal equitativo y eficiente que haga factible financiar
un sistema se seguridad social universal y un crecimiento sustantivo de la
inversión pública. Podemos consolidar un sistema de salud universal de alta
calidad.
4. Mejorar
radicalmente la educación y desatar la innovación.
La misión
más urgente y trascendente que debemos emprender es mejorar la educación.
Tenemos que ampliar la cobertura, mejorar la calidad y atender con arrojo a la
población marginada del campo y las ciudades. Necesitamos educar conforme a un
nuevo paradigma: comprometer a los maestros y las familias y lograr el
reconocimiento de la sociedad a la labor de las comunidades educativas.
Debemos
asegurar que todos los jóvenes tengan acceso a la preparatoria, a la educación
tecnológica y a las herramientas de la era digital. Que dupliquemos el ingreso
a las universidades y logremos que terminen sus estudios. Que la educación en
todos sus niveles mejore su calidad. Que mejore nuestro desempeño en
matemáticas, ciencia y ampliemos aceleradamente los posgrados. Todo esto para
que elevemos la competitividad de la economía y desatemos la innovación.
Prioricemos
una política en favor de los jóvenes. Acerquémonos a ellos. Ampliemos el
programa Prepa Sí a todo el país y hagamos de éste el eje de una gran
movilización con y en favor de la juventud, para apoyar la educación y la
capacitación; recuperar zonas degradadas de las ciudades y el campo; y,
proteger el medio ambiente.
Con ello garantizaremos
a nuestros jóvenes empleos más dignos, para que desde ahora desarrollen sus
proyectos de vida y mañana tengamos mejores padres, madres y niños con futuro.
5. Cambiar
el régimen político.
Nuestras
instituciones políticas están severamente dañadas. Los gobernantes han perdido
autoridad. El alejamiento respecto de los ciudadanos, la desatención a sus
reclamos y muchos ejemplos de impunidad han provocado el daño. Tenemos que
remediarlo. Me propongo reconstruir las instituciones y ponerlas al servicio de
la sociedad. Es decir, poner al Estado por encima de los intereses ilegítimos.
Debemos dar
paso a un nuevo régimen político. Uno que nos saque de la parálisis y evite que
regresemos a los excesos del presidencialismo autoritario y patrimonialista. México
ya ha sufrido mucho con las experiencias del gobierno de un solo hombre y con
las de un gobierno paralizado por los pequeños y grandes intereses.
Sin dudas ni
resquemores, debemos construir una gran alianza nacional, un gobierno de
coalición, un gabinete con mexicanos y mexicanas íntegros y patriotas. En tres
años, deberán ser los electores quienes juzguen y decidan sobre nuestros
avances: ratifican el mandato y el gobierno continúa o no lo ratifican y el
gobierno se va.
El reto de
corregir el rumbo es colosal, pero es necesario y posible. De un nuevo rumbo
depende el futuro de nuestros hijos y la viabilidad de México en un mundo
multipolar, donde el cambio climático generará nuevos daños y conflictos, el
peso de las ideas y el conocimiento serán cada vez mayores y la paz dependerá
cada vez más del avance de la justicia.
Aspiro a ser
presidente para unir a una nueva mayoría social y política que cambie el rumbo
de México.
¡Por la
justicia, el desarrollo y la tranquilidad para nuestras familias!
Marcelo Ebrard Casaubón
No hay comentarios:
Publicar un comentario